sábado, 14 de julio de 2012

Amour.

- ¿Qué es el amor? 
La miraba con aquellos ojos marrones tan grandes y tan inocentes que tanto le gustaban, que siempre conseguían hacerla sonreír y a los que no les podía negar casi nada. Sonrió.
- ¿Acaso no lo sabes? Tú a tu madre la quieres, ¿no? Pues eso es amor.
Lucas negó enérgicamente con la cabeza.
- Pero yo no digo ese amor... El que no entiendo es el querer de un chico y una chica, el amor que mi madre sentía hacia mi padre, el de mis abuelos. Cuando se miran yo puedo ver que se quieren, no se parece al amor que dices tú.
A Berta le sorprendió aquella respuesta tan madura para un niño tan pequeño. Suspiró, cogió al niño y lo sentó en sus rodillas.
- El amor es... Difícil de explicar.
  >>Cuando estás enamorado de alguien, sientes que todo el mundo se para cuando lo ves y solo puedes pensar en esa persona. Cuando lo ves, te cuesta tragar saliva y te duele aquí - le puso una mano en el pecho- en el corazón, que parece que lata más deprisa de lo normal. 
Al ver la mirada de extrañeza del niño intentó explicarse mejor:
- Hace como tumtumtumtum -golpeaba suavemente el pecho del niño mientras decía aquello- y a ti te duele, como si alguien te hubiera cogido el corazón en un puño y lo apretara.
Dijo esto mientras cerraba la mano en un puño, y el niño la imitó. Lucas sacudió la cabeza.
- Pues yo no quiero enamorarme nunca. - declaró- Si el amor duele yo no lo quiero.
Berta no puedo evitar echarse a reír. Lucas esperó a que le revolviera el pelo, como siempre hacía cada vez que algo que él hacia le resultaba gracioso, pero no fue este el caso. Su mirada se perdió en algún punto del paisaje de la ventana y con una sonrisa cansada dijo:
- La verdad es que yo tampoco quiero enamorarme nunca más - suspiró y agachó la cabeza.
Lucas, viendo que la conversación había llegado a su fin, se acercó a Berta y le dio un beso en la mejilla antes de desaparecer por el pasillo dando brincos. Berta, que había vuelto a la realidad tras aquel beso, se tumbó en la cama y con la vista fija en el techo, dejó que sus pensamientos se perdieran entre los recuerdos.

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