martes, 8 de mayo de 2012

You make me happy whether you know it or not...(8)

Creo que ya le he contado demasiadas cosas al móvil y al ordenador, que tus fotos ya no me cuentan suficiente de ti y que mi web cam aún anda de mal de amores desde que la tuya la rechazó. Me parece que ya es hora de que nos riamos juntas del sueño y le abramos los brazos al señor trasnochar, ése que siempre tiene algo que contarnos. Aún recuerdo que, cuando estamos juntas, el camino se queda siempre detrás de nosotras, las calles se enfadan porque se nos quedan cortas y que las risas, junto con los grandes momentos siempre los llevamos metidos en el bolso, como un complemento más.  De vez en cuando, mis ganas de verte me recuerdan que ya están cansadas de aumentar de tamaño, que tal vez es hora de que se pongan a dieta, y mi boca no deja de repetir nombres al azar sin encontrar el momento adecuado para poder decir el tuyo. Y las horas se acaban y pasan, son esas de las que tiran los días y empujan los años que se suman desde que te conozco. De vez en cuando, también mi voz me pide que me separe del mundo y que gritemos alto que te echo de menos, para que así lo oiga todo el universo y sobretodo tú. Las canciones ya hace tiempo que me presentaron su carta de dimisión porque se quejan de que ya no las canto, y yo como único pretexto tengo que no me apetece cantar si no estoy contigo.
Y todo esto sucede porque todo mi yo hace tiempo que me pide a gritos que quiere que esos 437 kilómetros se conviertan en 0, que esas 4 horas y 42 minutos se conviertan en un suspiro, y que nosotras no seamos nada más que un abrazo, un beso y una sonrisa.


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